Botánica

Son seres vivos autosuficientes pertenecientes al mundo vegetal, nacen, crecen, se reproducen y fabrican su propio alimento a través de un proceso químico llamado fotosíntesis, que concite básicamente en la elaboración de azúcar a partir del CO2 (dióxido de carbono), minerales y agua con la ayuda de la luz solar, dando como resultado oxígeno un gas necesario para la mayoría de los seres que poblamos el planeta y que necesitamos para respirar.

Las plantas son la base de la cadena alimenticia, la vida depende de ellas. Los humanos, al igual que el resto de los animales, no podríamos alimentarnos, sin las plantas, todo procede directa o indirectamente de los vegetales.

El hombre desde sus principios ha dependido de ellas. Éstas le han dado alimento y bebida, medicinas, materiales para su habitación y artículos de uso diario, fibras para su vestido y combustibles, sólo por mencionar lo más obvio.

Las plantas tienen un papel fundamental en el mantenimiento de la atmosfera y del agua, en la regulación del clima, la fertilidad de los suelos y la protección de los sitios habitados por el hombre.

Se conocen aproximadamente 280,000 especies de plantas terrestres en el mundo, cada una con una forma única y un papel ecológico especifico.

Según su reproducción las plantas se dividen en:

La fotosíntesis se lleva acabo en estructuras diminutas llamados cloroplastos, dentro de la célula de la planta. El primer paso de este proceso es la absorción de la luz por parte de las moléculas de pigmento en los cloroplastos. La clorofila, el más importante de estos pigmentos, absorbe la luz principalmente en las longitudes de onda azul y roja y refleja la luz verde; esto hace que las plantas sean verdes. La luz da energía a las moléculas de la clorofila, que entonces transmiten su energía química mediante una compleja cadena de intermediarios, hasta la producción de azúcares que la planta pude almacenar o utilizar de manera inmediata. Las materias primas de este proceso son el dióxido de carbono, tomado de la atmosfera o el agua, que viene de las raíces de la planta. Durante la fotosíntesis, el agua se descompone químicamente liberando oxígeno como subproducto.

Sin los pastos de las praderas no habría bisontes. Y sin las sabanas y las zonas boscosas de África que alimentan a enormes rebaños de herbívoros, no habría leopardos o leones al acecho de su presa. Las plantas no sólo sustentan enormes y espectaculares herbívoros, sino también a los miles y miles de insectos e invertebrados que tanto contribuyen a la diversidad de la vida en la Tierra.

La energía almacenada en la plantas pasa por los ecosistemas cuando los animales se alimentan, y a veces los organismos se agrupan por su fuente de energía. Las plantas, que hacen su propio alimento con la energía de la luz, se llaman productores primarios. Los herbívoros son consumidores primarios porque comen plantas vivas. Los carnívoros y los parásitos son consumidores secundarios, pues se alimentan de animales que comen plantas; los hongos y las bacterias descomponen la materia orgánica almacenada en los cadáveres de otros.

En un bosque templado, sólo cerca del uno por ciento de la biomasa vegetal la consumen los grandes herbívoros. Lo demás lo aprovechan los agentes de descomposición: bacterias, hongos, insectos y gusanos, que desintegran el material devolviendo nutrientes clave al suelo, como los nitratos, y el dióxido de carbono a la atmosfera.

El papel de estos organismos es clave; no sólo evitan la acumulación de enromes cantidades de materia vegetal muerta, sino que reciclan la materia prima de la vida para los nuevos brotes. Permitiendo que la vida vegetal prolifere pese a lo pobre del suelo.

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